sábado, 9 de mayo de 2009

Amados libertinos… amables libertinos… tan amables!



Amados libertinos… amables libertinos… tan amables!




Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad.

Enrique Tierno Galvan





Amados libertinos… amables libertinos… tan amables!

Me gusta la palabra “libertino”.
Un ser más que entregado a las libertades, un probador de los sabores limpidos u oscuros de la libertad, un degustador de zozobras sin red. Ni ancla.
Para los antiguos descendientes de Romulo y Remo, libertīnus.
Por esos juegos de las palabras y sus origenes -y de acuerdo con el derecho romano- los libertinos o “libertos” (hijos de hombres que habian sido liberados de una servidumbre legal) se oponian a los “ingenuos” (aquellos que habian nacido libres y no habian sido nunca esclavos).

Libertinos, o cuerpos autodivinizados que ensanchan el camino que vulgarmente otros se ciñen a mantener restricto.
Vulcanologos que erupcionan limites, permisos, decencias, cercos, castidades ficticias.
Huespedes dichosos de una estrella caotica que los lleva a desnudarse a la luz de la luna, aullando canciones sin cadenas.
Espiritus libres. Definitivamente, Espiritus demasiado libres.

Mi pintura espontanea e irresctricta de los libertinos? Veamos… emplearia oleos de colores primarios, acrilicos brillantes para los ocres, texturas diversas, todo sobre un transparente passepartout (no podria ser de otra forma).

Generosos, los libertinos. Derrochones, casi. Dilapidando risas en el brindis constante por la vida. Desbordados, de pulsiones, pasiones, besos, amores, abrazos… rebosados que extravian el borde de sí a cambio de reencontrar en esa indomesticable caida lo que pocos se atreven justamente a perder: a sí mismos. Porque salidos de sí , vuelven en sí, siendo más de .
Enfermos de prodigalidad. Desprendidos.
Exhuberantes compinches de Eros, que en el banquete del amor saldrian casi seguro del brazo del embriagado daimon Poro antes que de la languida mano de la triste mendicante Penia.


Escepticos feroces, nihilistas activos, desenfadados, ateos… pura apologia de la mácula!
Conquistadores del fuego de los desenfrenos.
Rake-hell.
Robador especialista en chispas.
Dionisos. Asiduos taberneros.
Sibaritas. Exploradores de los deleites gastronomicos.

Seductores. Inmorales.
So self-centered… incomprendidos, pero dueños indiscutibles y sisn titubeos de su vida, o de su propia muerte. Y por esto ultimo, quiza, suicidas.

Vagabundos hermosos escapando por todas las ventanas, saltando hacia el proximo ardor.
Burlones de las falsas honras, honradamente hedonicos... un animal humano sinceramente sexual.

Irresistible… y tan bellamente desarreglado en sus emociones desatadas!
Adictos a la débauche… y sin embargo, cuidadosamente observador de una estetica singular.

Enfiebrados siempre en las fauces de algun talento. Luego, artistas. O estetas. O pensantes de lo que incomoda sin remedio a las ovejas en serie que desprecian.
Hacedores de sus propias reglas.
Ocasionalmente, detestados. Incomprendidos nuevamente, y hasta odiados (pero temo que como reverso de la moneda del amor que tantas veces se les profesa).

Tan orgiasticos de multitud y danza, como solitarios cuidadosos de su ermita. Ellos son los que anudan en el silencio de su almohada solo los mejores recuerdos de la intensidad. Bordadores mnemotecnicos de lo que ha de reservarse bajo la memoria de la alegria vivida.

Libertino, tambien sinonimo de “audaz”. Y hasta a veces, pendenciero. Antes desenfundar la espada que mirarse al dia siguiente en el espejo ingrato donde se reflejan las arrugas de los cobardes. O a veces -por que no...- practicar la mejor huida deleuziana posible.

Calavera…
Ave rea que nunca renuncia a la nocturnidad.

Aristocrata desde la etica y no desde ninguna estupida estigmatizacion de clase.
Un ser que es feliz, y por eso, saber bien del Arte de hacer feliz.
Un adoptante del exceso como opcion sensual.
Transgresor irredento.
Un nio que juega a las escondidas.
Cultor del sano pendular entre descontrol y gobierno de mismo.

Quien puede no amar a un ser libertino?

Me gusta la palabra “libertino”… mucho. La abrazo en mi mente como una palabra querida, cobijada, divertida, desafiante, tragica. Una palabra que late. Palabra plena. Plenisima.

Los franceses del siglo XVII resemantizaron la expresion romana, dejando la misma raiz pero significando bajo la misma expresion a "aquellos/as que no se sometian a las practicas de la religion", y menos aun a las creencias de esta.
Sin credos. Sin libros sagrados. Sin altares.
Los libertinos, por todo esto, desconocedores inocentes de las malditas palabras “sacrificio’, “culpa”, “remordimiento”, “castigo”, “arrepentimiento”, “infierno”, “pecado”. Con ella hacen una fogata en la que queman una por una las mentiras de los mercaderes de la fe.

Paul Valery en sus “Fluctuations de la Liberté” revisa la idea del espiritu liberado, y destaca transformaciones significativas de sentido en la arqueologia inicial de la palabra “libertino” que habian utilizado los romanos, detectando un cambio clave llevado a cabo en las entrañas de la cultura francesa:


"Mucho más tarde,
se llamó libertinos
a los que se consideraba que habían liberado su pensamiento;
pronto ese bello título fue reservado
para aquellos que no conocían freno en el orden de las costumbres."


Los libertinos. Las libertinas.
Todos ellos, inauguradores de advenimientos inesperados que elogian las sabanas tersas, las pieles sudadas, los roces de entrepierna, los orificios erogenos, las bandadas de flujos, el invitante pubis piloso, la diseminacion jugosa de los besos sin frontera, la curiosidad del que no se sacia mas que temporalmente sabiendo que nada hay que escape a la ley de que todo es limitado en tiempo e impermanente en forma.
Por eso los libertinos poseen vecindad con los amantes de la filosofia, no solo porque levantan las faldas de los saberes sin otra consideracion que el mismisimo placer de hacerlo, sino porque mueven sus alas solo movidos por la pasion de la busqueda. Libertinos, o una especie interesante de forajidos intelectuales a la conquista irreverente de la palabra, o de sus sinsentidos. Des-veladores de las mascaras con que se cubre el rostro la verdad funcional a los poderes.

Entonces, irreligiosos y lujuriosos bienamados libertinos…

El libertino traza mapas irregulares en torno a los cuales puede seguirse la ruta incierta y personal de una bioetica radical, potente, ebria de dación.

Amo la palabra libertino… y cómo no amarla si en ella copulan con un descaro infinitamente exquisito todas las aphrodisias y el deseo de lo multiple!


Amados libertinos… amables libertinos… tan amables!



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