Navidad nietzscheana
ricos y pobres, pequeños y grandes, clases bajas y altas.
Es precisamente esa alegría común lo que intensifica la nuestra.
De ella se puede hablar con todo el mundo, pues todos la aguardan con impaciencia.
Téngase en cuenta, además, su fecha: puede decirse que con ella culmina el año;
piénsese en la hora nocturna, en la que, sobre todo al atardecer,
el alma está mucho más impresionada,
y luego en la extraordinaria solemnidad con la que se celebra.
Ahora precisamente nos encontramos en medio de las alegrías de la Navidad.
La esperamos y vimos colmada nuestra espera, la disfrutamos y, ahora,
otra vez nos amenaza con abandonarnos.
¡Oh Navidad, oh Navidad, qué lejos, qué lejos!
Friedrich Nietzsche
De “Escritos autobiográficos de juventud” 1856-1869
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2 comentarios:
A veces el mundo puede ser una ventana.
A veces el mundo puede ser una ventana.
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